"¿Razones? Se equivocan los psiquiatras cuando concluyen que el deseo de matar a mis padres procede de aquella alarma traumática de pubertad: ¡ellos pretendían castrarme! Nada de eso. Cuando les maté, yo había madurado y si algún reproche les hubiera hecho era el no haberme castrado a tiempo, evitándome las molestias y engorros que reporta no ya la procreación, sino incluso la pulsión heterosexual reproductora. Si les maté fue por geometría, no por compasión, porque quería demostrarme a mí mismo que podía hacerlo sin rencor ni causa interesada o patológica, como no fuera el miedo a que me sobrevivieran... el terror con el que iban a sobrevivirme... Cada vez que imaginaba ese terror lo superaba con el imaginario de matarlos. Igual ocurría con mis hijos. Me aterrorizaba la crueldad atmosférica total de un mundo en el que yo no podría hacer nada por ellos."
(El estrangulador. Manuel Vázquez Montalbán)
2 comentarios:
¿Y qué me dices de la vecina que se mete un ratito en la nevera antes del encuentro sexual?
Singular revisión do concepto "calentón". Si, creo que ese é o punto. De todas formas, de alguén namorado do seu frigorífico, podes esperar practicamente de todo.
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